Amanece en nuestro último día de camino, son las 6:00 de la mañana cuando el constante movimiento de personas, nos saca de la cama, con lo que decidimos despertarnos a pesar de que queríamos tomarnos con calma el día de hoy.
Empezamos con la rutina habitual, aseo, desayuno y estiramientos para entrar en calor.
Son las 7:00 cuando decidimos comenzar a andar, el caminar se torna sereno, quizás por miedo a terminar y no saber o no querer que hacer después. Vamos sobre pistas llenas de hojarasca de eucalipto y roble.
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| Catedral de Santiago de Compostela |
Tenemos que recorrer 20 km. frente a los 330 que ya hemos recorrido desde nuestro primer día. Lejos muy lejos aunque sólo hayan pasado unos días quedan los bosques y montañas asturianas donde echamos la vista atrás y no vemos el inicio de nuestro camino, solamente una mar de montañas por las cuales hemos ido pasando poco a poco pasando desapercibidos entre la inmensa vegetación.
Vamos pasando por diferentes poblaciones como Cimadevila, San Paio, Arroyo y Villamor las cuales no paramos nada más que en San Paio para desayunar un café y sus correspondientes tostadas de pan de hogaza gallega, el paso continuo de peregrinos no cesa y cada vez se nota que estamos más cerca por el entusiasmo de la gente.
Desde este punto el paisaje se torna un poco feo ya que dejamos atrás la inmensa vegetación que nos ha ido acompañando durante todo el camino para cambiarlo por pistas de asfalto y carretera, simplemente es una señal de que nos acercamos a Santiago y esto va llegando a su fin.
Seguimos a nuestro ritmo aunque al más pausados de lo habitual hasta que llegamos a San Marcos, lugar donde hay un gran camping con el mismo nombre, a poca distancia de Monte do Gozo, decidimos pararnos ya que vemos que todo el mundo sale con un bocadillo de tortilla francesa hablando de lo bueno que esta, desde este punto y antes de quedarnos fríos decidimos continuar la marcha hasta que llegamos a Monte do Gozo lugar en el que hay un gran albergue para cientos de personas, más parecido a una cárcel que a otra cosa.
Desde la atalaya podemos obtener la primera aunque tímida panorámica de Santiago y damos comienzo a un recorrido urbanos de 5 km que concluirá a los pies de la fachada barroca de la catedral y la plaza del Obradoiro.
La entrada a el casco antiguo de Santiago ya nos empieza a emocionar un poco al ver que por fin y después de lo que hemos pasado vamos rumbo a terminar lo que hace unos días era un reto y un sueño, tras callejear un poco pasamos bajo el Arco de Palacio donde nos reciben músicos callejeros tocando gaitas lo cual parece que nos ambienta aún más la llegada hasta que tras bajar unos escalones, nos damos de bruces con nuestra querida y merecida meta, La majestuosa catedral de Santiago mostrándonos toda su belleza por la cara occidental, nos dirigimos al punto central de la plaza para poder contemplar todo al detalle.
Es difícil no emocionares y por muchos viajes que hayamos hecho antes a diferentes lugares del mundo, sin duda la experiencia de peregrinaje no es comparable con ninguna otra.
Una vez en Santiago decidimos visitar la catedral por dentro y luego dirigirnos a la oficina del peregrino para que nos den nuestra carta compostelana, papel que acredita que has realizado el camino cumpliendo unos requisitos mínimos como por ejemplo para la gente que va andando como nosotros, es obligatorio hacer un mínimo de 100km para que te lo puedan dar, con lo que nosotros estamos tranquilos por ese punto ya que lo hemos triplicado.
Con nuestra compostelana en la mano vamos camino de buscar el albergue para poder dejar todo el material y darnos una ducha. Para poder patearnos Santiago después.
A la hora de elegir albergue hay varias opciones, para quien sólo valla a dormir una noche es aconsejable quedarse en el seminario mayor un edificio muy bonito, donde puedes ver una gran panorámica de Santiago desde tu propia habitación individual. La otra opción es un albergue a las afueras de Santiago donde nos permiten quedarnos 3 días por el módico precio de 27€ con lo que nosotros como tenemos varios días por delante probamos las dos opciones.
Durante estos días nos dedicaremos a probar la gastronomía gallega, disfrutar de la ciudad de Santiago, conocer su noche, su dia, sus mercados con productos de campesinos locales, su arquitectura,... En sí Santiago es una ciudad maravillosa donde hay muchísimas opciones para no estar parado en ningún momento.
Sin más que añadir solamente recomendar a todo el mundo que le gusté un poco la naturaleza y tenga unos días libres, que se anime a probar la aventura del camino de Santiago, ya que estoy seguro que no se arrepentirá.
¡¡ULTREIA ET SUSEIA!!
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| Entrada a Santiago |
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| Palacio |
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| Paste trasera de la Catedral |
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| Seminario Mayor |
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| La ultima cena |
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